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"Mamerto era un hombre de Dios, que rumiaba la Palabra y tenía oración profunda, y con humor hacía que hasta el corazón más cerrado se abriera. Siempre rescataba -dijo en Aires del Interior- algo del campo y de la naturaleza y de manera sencilla lo vinculaba al Evangelio. Tenía una capacidad de expresarse de una manera muy linda, que siempre te sentías que te quedabas corto al contestar. Y te sacaba la ficha en un ratito y te aconsejaba muy bien, sabía enseguida cuál era el nudo de la persona y lo ayudaba a desentrañarlo" .
En diálogo con Gustavo Galoppo recordó que "yo lo conocí en 1983 cuando fui a hacer un retiro a Los Toldos antes de entrar al seminario, poco después lo conocí a don Luis Landriscina y pensé a estos dos grandes de tanta alegría y tanta pureza hay que juntarlos, y así fue surgiendo en 1993 Los Valores con humor. Después hicimos otras obras que están en youtube con René Favaloro (El milagro y el valor de la vida) y también con el padre Julián y Los de Imaguaré (Así cuenta, canta y reza nuestro pueblo), y nos quedó pendiente otra con Facundo Saravia y Los Chalchaleros. Cuando hicimos el Luna Park Tito Lectorue me miraba como diciendo y a este cura lo van a venir a ver 15 personas, resulta que lo llenamos y quedó gente afuera".
"Mamerto irradiaba algo muy especial en el Monasterio y atendia a mucha gente con gran apertura a todos, muy generoso siempre y siempre atento a darse a los demás, sin hacer diferencias entre las gentes y listo para brindar un buen consejo y un poco de luz. Siendo monje -agregó por la radio- salía permanentemente a acompañar y a iluminar, pero también cuidaba mucho su vida espiritual monástica, era muy equilibrado en ese sentido".
En otro tramo afirmó que "Fray Mamerto Menapace tenía el don de la palabra y de la pluma, porque escribió más de 50 libros, todos los días escribía, y hoy nos deja un testimonio con su obra literaria y sus charlas que se pueden buscar en youtube. Se lo va a extrañar mucho porque era un hombre que sabía responder la palabra que la gente necesitaba pero desde el fundamento del amor a Dios. Por ejemplo una de las tantas anécdotas cuenta que había unas chicas hijas de padres separados que estaban muy mal con esa situación y Mamerto les dijo que Dios quería más que a nadie a los hijos de papás separados. Siempre tenía una palabra así por su madurez y su gran experiencia de Dios".
"Cuando fueron a Santa Fe para el homenaje a ambos con don Luis Landriscina el año pasado estaban muy cansado pero volvieron felices y agradecidos por el cariño y reconocimiento recibido. Don Luis estaba muy triste pero estaba preanunciado porque Mamerto sufría mucho con su salud. Fue como una liberación y se fue con la alegría de saber que ya está en la fiesta grande de ese Dios que tanto amó y tanto predicó. Ese fue el clima de su despedida, de mucha paz y comunión" concluyó en la tarde de Aires del Interior.
Vale consignar que el Padre Juan Jasminoy llevó siempre a Menapace y Landriscina a sus espectáculos y charlas por el país, y los últimos años trasladaba desde Los Toldos a Capital Federal a Mamerto para sus controles y tratamientos periódicos en la clínica del Dr Favaloro, que con mucha caridad y afecto le hacía la sobrina del famoso médico, Liliana.