El papa León XIV presidió este lunes, en la Basílica de San Pedro, la misa en sufragio por el difunto papa Francisco y por los cardenales y obispos que fallecieron durante el año. En su homilía evocó la "terrible muerte" de tantas personas inocentes en el mundo actual, señalando la esperanza en la resurrección que caracteriza la fe cristiana.
"¡Cuántas personas -cuántos "pequeños"- incluso hoy sufren el trauma de esta muerte terrible porque está desfigurada por el pecado!" lamentó el pontífice. "Sin duda, nos entristece la partida de un ser querido. Nos indigna que un ser humano, especialmente un niño, un pequeño, una persona frágil, sea arrebatado por la enfermedad o, peor aún, por la violencia de los hombres. Como cristianos, estamos llamados a sobrellevar con Cristo el peso de estas cruces", añadió León XIV.
La meditación se centró en el relato del Evangelio de los discípulos de Emaús, después de la muerte y resurrección de Jesús, resaltando la "esperanza pascual" como el "sabor característico" de la celebración en este Año Santo.
"El punto de partida es la experiencia de la muerte, y en su forma más grave: la muerte violenta que mata a inocentes y deja a la gente descorazonada, abatida y desesperada", recordó.

Cuando Jesús toma en sus manos el pan clavado en la cruz, pronuncia la bendición, lo parte y lo ofrece, los ojos de los discípulos se abren, la fe florece en sus corazones y, con ella, una nueva esperanza. ¡Sí! Ya no es la esperanza que tenían antes y que perdieron. Es una nueva realidad, un don, una gracia del Resucitado: es la esperanza de la Pascua.
Antes de la misa, León XIV rezó ante las tumbas de sus predecesores en las Grutas de la Basílica de San Pedro.
Recordando el "Cántico del Hermano Sol" de San Francisco de Asís, el Papa evocó la muerte como una "hermana".
"Ni siquiera la muerte más trágica puede impedir que nuestro Señor abrace nuestra alma en sus brazos y transforme nuestro cuerpo mortal, incluso el más desfigurado, a imagen de su cuerpo glorioso", afirmó.
León XIV recordó con "gran afecto" al papa Francisco, que falleció el 21 de abril, "después de haber abierto la Puerta Santa y otorgado a Roma y al mundo la Bendición de Pascua".
La ceremonia también conmemoró a ocho cardenales y patriarcas, así como a todos los obispos que fallecieron entre el 21 de octubre de 2024 y el 20 de octubre de 2025.
Esta celebración tiene lugar tradicionalmente con motivo de la conmemoración del Día de los Difuntos, que la Iglesia Católica celebra cada año el 2 de noviembre.
FUENTE: aica.org
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