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"Justamente el lema de este año -dijo en Aires del Interior- es que María custodie nuestra esperanza, y creo que es muy oportuno porque notamos a la gente agobiada, desesperanzada y esta es una gran oportunidad para que vengan con alegría y puedan fortalecer la esperanza. Ya estamos estos días no la novena de todos los días hasta el viernes, donde cada decanato viene en peregrinación a la puerta santa de la Basílica, con rosario y misa desde las 19. El sábado vienen los niños de catequesis de toda la Diócesis y a las 16:30 es la misa por los enfermos, en tanto que el domingo a las 6 sale la tradicional peregrinación desde Adoratrices y a las 15:30 sacamos a la Vírgen en procesión para la celebración central en la plaza. Son 48 horas de una expresión de fe muy intensa -aseguró- donde tenemos todos los días a Monseñor Fenoy o Monseñor Vecino, y el fin de semana estarán el Obispo de Paraná y el de Rafaela. También los chicos de Guadalupe Joven estarán todo el tiempo misionando y ayudando en la fiesta" comentó.

En la charla con Gustavo Galoppo recordó que "ya hace un mes que estoy en este lugar que es el corazón de la Diócesis y siempre pido que el corazón de un pastor debe ser tan grande como el rebaño que se le confía, así que es un gran desafío para mí porque este lugar tiene una experiencia comunitaria muy fuerte con identidad guadalupana, pero también tiene la veta del Santuario con todos los peregrinos que vienen en camino durante todo el año. Y este tiempo es muy especial porque venimos de la cuaresma, la Pascua, la muerte del Papa francisco y la Iglesia a la espera de un nuevo pontífice, son momentos muy especiales para todos" enfatizó.

"Yo siempre agradezco el haber estado en tantos lugares y noto que Dios va armando la historia sin que uno entienda demasiado. Desde joven en mi San Javier natal, creo que las procesiones , los vía crucis y el ir y venir a las distintas colonias me hicieron ir creciendo en la fe, y a los 17 años con todo el apoyo de mi familia me vine para el seminario. Recuerdo mucho -agregó- la experiencia en la capilla San Antonio en 2003 con la inundación, y después el paso a la ruralidad en Elisa. Ahí llegué en 2009 con una devoción muy grande a San Francisco de Asís que es el Patrono allí, y esto de poder valorar la naturaleza, de ir por el campo y pasar todo por el corazón, también fue una experiencia maravillosa, con el desarrollo de una veta artística que llevamos adelante en esa comunidad con murales y cuadros franciscanos".

Finalmente consideró que "en esa época viví la experiencia de acompañar a una familia que perdió a su hijo en un accidente, Pelusa y Mabel de Soutomayor, y quise que me acompañen al asumir acá en la Basílica, el corazón de la Diócesis, donde también estuvieron mis padres y mi hermana que siempre me apoyaron en este camino. Me emociona mucho el estar acá porque siento especialmente cuando alguien se pone en camino, y acá llegan los peregrinos de todos lados que vamos recibiendo y buscando darles la esperanza que representa María" concluyó en la tarde de la Nueva Nueve.