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El reconocido integrante de los Tucu Tucu y amigo entrañable de Miguel Angel Morelli, se refirió a su muerte. "El Petiso -así lo apoda cariñosamente- no se va a morir nunca porque es de esos grandes que no se van porque quedan a través de sus obras. Su alma está en cada una de las canciones que nos deja y así va a vivir para siempre en todos los hogares que dejaron entrar su música. Para mí -le dijo a Gustavo Galoppo-hoy ha sido un día de recuerdos de un hermano de toda la vida , de más de 50 años compartidos".
"Cuando él todavía vivía con sus padres y andábamos tocando por acá cerca los domingos al mediodía íbamos a su casa a comer las pastas que hacía su mamá que eran riquísimas. Y después estirábamos la sobremesa para llevarle las primicias de los Tucu Tucu. Y si no nos íbamos al bar de la terminal de ómnibus de Santa Fe, que siempre estaba abierto, para seguir compartiendo la vida" comentó en Aires del Interior.
"También nos juntábamos en la mesa 1945 del bar Necochea, en Boulevard, porque capaz que el no te atendía el teléfono en su casa pero ahí seguro lo encontrabas. La bohonomía de Miguel Angel, su canto, su forma de ser y de vida lo hacían un monumento a la amistad y a la música, cosas que hoy no suceden con frecuencia. Recuerdo una vez que fuimos a Elisa y actuamos con un precio especial porque era un lugar pequeño, hacía frío y no podrian pagarnos el valor real de nuestro espectáculo" destacó.
"Nosotros con los Tucu Tucu le grabamos 8 o 9 temas, pero a mí el que me puede es Lo que sos mi chamamé, o el réquiem para unb niño lustrador. En realidad toda su obra es maravillosa. Se nos fue un grande de la música del país, al cual acompañé hasta el pasado sábado cuando hablamos con su hija, que lo tenía en San Jorge viviendo con ella, para saber sobre su salud" aseguró por la radio.
"Nosotros cuando tocábamos en algún lado y si él no estaba contratado siempre lo invitábamos a cantar con el grupo y por ahí le cambiábamos alguna letra con el gringo Bulacio para cargarlo nomás, y el Petiso se volvía loco. Y conservo cosas que no han trascendido pero son de gran valor, como la actuación de Miguel Angel con la Orquesta del Festival Nacional de Cosquín. o aquellas noches de 1976 en que gana los premios Revelación defendiendo la zamba para olvidar de Daniel Toro y Julio Fontana, y luego el Consagración por su carrera artística. Yo lo vi, estuve ahí con el" concluyó en la tarde de LT9.
"El Petiso murió pero no se va nunca porque su alma está en cada una de sus canciones que nos deja" dijo emocionado el Tucu Tucu Roberto Pérez.
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